Aunque podíamos aguantar con la comida que teníamos, nos estábamos quedando sin fruta así que decidimos que yo fuera a comprar ya que el papity seguía con fiebre.
Como tenía que trabajar por la mañana no podía ir a comprar hasta la tarde, cuando terminara mi jornada, pero avisé a mi vecina de al lado, que es mayor, por si necesitaba algo y también a mis padres y a mis suegros porque ya que salgo, pues aprovechar para comprar para varias familias. Todos me dijeron que ya habían salido y que no necesitaban nada. La verdad es que me sorprende que justo las personas mayores que son los que menos deberían salir, son los que más salen. No lo entiendo.
Por la mañana nos dijeron del cole que a las 12 iban a hacer una conexión a través de Hangouts para que todos los niños y las niñas se pudieran ver con las acompañantes.
Mi jefe del trabajo, por su parte, también quería conectarse con el equipo por si necesitábamos algo, queríamos comentar algo, y para ver que podíamos hacerlo.
Sobre las 11:00 me contactó mi jefe para que me conectase a una reunión de Webex. Los ordenadores que nos han proporcionado en el trabajo no tienen webcam, por suerte, y yo tengo unos cascos con micrófono, así que, en principio no me verían pero yo podría escucharles y ellos a mí.
Como era la primera vez que nos conectábamos y estábamos teniendo problemas, la conexión se alargó bastante y yo con mis cascos y mi micrófono intentaba decir sólo lo necesario.
Llegaron las 12 y se conectaron los peques a su conferencia de Hangouts. Los 3 en el salón con nuestras conferencias, yo con mi jefe y mis compañeros y los peques con sus amigos y amigas y las acompañantes. Un caos! Yo oía más a las acompañantes que a mi jefe y, probablemente las acompañantes me oían más a mí hablando con mi jefe que a los peques! En un momento escuché a Carol, una de las acompañantes diciendo el nombre de mis peques para que avisaran a mamá o a papá para que apagaran el micrófono porque era un lío. Justo mi jefe estaba contando algo importante y yo, no me estaba enterando ni de lo uno ni de lo otro!
Los peques avisaron al papity y el papity pudo silenciar el micrófono y finalmente todos tuvimos nuestras videoconferencias.
Cuando terminé mi jornada me puse mucha ropa, abrigo largo, mascarilla y guantes y me fui a comprar. Me dio pena la situación en el supermercado, la gente estaba triste, todos estábamos con mascarilla y guantes, andando despacio, sin acercarnos los unos a los otros. No había muchos productos como fruta, que era justo lo que yo necesitaba. Me sentí mal, hubo bastantes momentos en los que sentí ganas de llorar y se me saltaban las lágrimas. Realmente espero que todo esto sirva para algo. Espero que salgamos de esto reforzados.
Cuando llegué a casa me quité toda la ropa y la dejé en la terraza aireándola. No sé si servirá para algo, pero siento el enemigo invisible. Tengo miedo y no sé muy bien de qué.
Me apetece irme a dormir y despertarme cuando todo pase.
Aunque he visto patos en los tejados de la casa de enfrente. Nuca habíamos visto patos ahí. Los animales se están dando cuenta de que algo pasa. Los humanos no estamos o son muy pocos.
Poco a poco los días van pasando y supongo que cuando volvamos a la «normalidad» algo habrá cambiado y habrá una nueva «normalidad».
Espero de corazón que tú y todos los tuyos estén bien! Un abrazo en la distancia.
* Photo by Laura Thonne on Unsplash